Hace un par de meses esbozaba la siguiente idea: el cúmulo de sitios 2.0 que trata de reflejar a una persona en el “online” no es una descripción precisa de la persona. Avatares, actitudes, CVs, comentarios, recomendaciones y fotos no dan certeza. Sólo nos queda –como en una foto borrosa de hace un siglo- una idea vacilante acerca de la persona. En el ámbito profesional, se trata de establecer una “reputación online”; en verdad lo que hay son intentos de mostrarse de forma “laboralmente correcta” –y probablemente aburrida-. En esos posts daba ejemplos de “separadores” entre lo profesional y lo personal, útiles para personalidades eclécticas.
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