(Extracto del Laboral.doc de hace exactamente diez años)
Me escapo al baño, a mitad de mañana, para escapar de un tedio laboral tolerable. Se sabe que no todos los retretes son iguales: uno deliberadamente elige uno por suponerlo menos frecuentado y más limpio. En ese intermezzo sanitario me olvido que existe el mundo. Hay susurros, afuera, dos meadores diurnos, dos jinetes de la cerámica que cabalgan en el viento sosteniendo con dificultad sus miembritos. Una voz es conocida y directorial. La otra voz es solamente conocida. El director es quien inicia el diálogo.
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